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Red por el Desarrollo Sostenible
DATA: 20/01/2018
Desde su fundación, hace 52 años, la Fundación Odebrecht (FO) cuenta con alianzas esenciales en la búsqueda de la transformación social de jóvenes y sus familias. Cuando decidió concentrar sus esfuerzos en la región del bajo sur de Bahia en 2003 al crear el Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad (PDCIS), la institución ya sabía que éste sería un gran trabajo en equipo. Una unión que comprende no sólo el aporte financiero y transferencia de tecnologías, sino el compromiso con la ética, la integridad y la transparencia con metas y rendición de cuentas realizadas de forma calificada.
Mitsubishi Corporation y Braskem son ejemplos de empresas que apuestan en este modelo de desarrollo y apoyan a la Fundación a través de las inversiones sociales privadas. Esta práctica se caracteriza por la transferencia espontánea de recursos privados de forma sistemática, monitoreada y planificada para proyectos sociales, ambientales, culturales o científicos. Estos proyectos pueden ser realizados por fundaciones, empresas, institutos (tanto de origen empresarial como familiar), comunidades o individuos.
Mitsubishi, que apoya el PDCIS hace nueve años, cree en el potencial transformador de la educación de jóvenes que viven en el campo. Aiichiro Matsunaga, CEO regional para Latinoamérica de Mitsubishi Corporation, visitó la región en 2014 y quedó impresionado con el trabajo realizado por las Casas Familiares, escuelas apoyadas por la Fundación Odebrecht a través del PDCIS que, a partir de una educación contextualizada, alían el nivel medio al técnico. “Estoy feliz de poder colaborar con el sustento propio de los pobladores locales a través de la enseñanza de las técnicas agrícolas al mismo tiempo que protegemos el medio ambiente”, declara. La Casa Familiar Agroforestal (CFAF), en Nilo Peçanha, la Casa Familiar Rural de Presidente Tancredo Neves (CFR-PTN) y la Casa Familiar Rural de Igrapiúna (CFR-I) son apoyadas por Mitsubishi.
Braskem, de acuerdo con Jorge Soto, director de Desarrollo Sostenible, se enorgullece de ser una inversionista de las instituciones apoyadas por la Fundación y actúa tanto en proyectos educativos como ambientales junto a la Organización de Conservación de la Tierra (OCT). “Estos proyectos promueven la inclusión social a través del emprendedorismo y de la preservación ambiental. Esto está completamente alineado con el propósito de Braskem de mejorar la vida de las personas. Entendemos que el desarrollo sostenible jamás puede ser conducido de forma aislada, entonces, este tipo de alianza es fundamental, principalmente cuando hay una completa alineación de valores, como es el caso entre las dos organizaciones [FO y Braskem]”.
Unión que transforma
A través del programa Tributo al Futuro – Nuevas Generaciones, se concreta otra alianza fundamental junto a los consejos municipales del derecho del niño y del adolescente (CMDCA) de las ciudades donde están las unidades de enseñanza, ejecutoras de los proyectos apoyados por el programa. “La alianza con la Fundación Odebrecht es de gran valor, ya que nos ayuda con la captación de recursos para los fondos [municipales de la infancia y adolescencia] y en la actuación con las políticas públicas y municipales orientadas al derecho del niño y del adolescente”, comenta Robson de Carvalho, presidente del CMDCA de Nilo Peçanha.
Otro gran eslabón transformador sucede con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). En 2015, las casas familiares apoyadas por el PDCIS pasaron a formar parte del Programa de Escuelas Asociadas en Brasil (PEA), red de 364 escuelas que trabajan por los valores y el desarrollo de la cultura de la sostenibilidad y de la paz. Después de visita a las casas en 2015, Myriam Tricate, coordinadora del PEA en Brasil, comentó sobre el impacto de las escuelas en la región. “Fue la demostración más clara del poder transformador de la educación. Sin lugar a duda, el conocimiento es fundamental para nuestra vida, para el trabajo, para este mundo en que necesitamos aprender la vida entera. Creo que la educación trae algo más. Nos enseña a soñar, abre nuestros horizontes, nos hace querer ir más lejos y eso es lo que les deseo a los estudiantes del bajo sur. Que sueñen alto, que hagan suceder”, dijo.
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