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Septiembre Amarillo | Una alerta sobre salud mental
DATA: 14/09/2022
La salud mental es un campo rodeado de estigmas. Gran parte de la sociedad aún tiene dificultad en reconocer que trastornos mentales son enfermedades que requieren atención y tratamiento como cualquier enfermedad física. Para promover la concientización acerca del tema y combatir el creciente número de suicidios que son registrados en Brasil todos los años, el Centro de Valorización de la Vida (CVV), el Consejo Federal de Medicina (CFM) y la Asociación Brasileña de Psiquiatría (ABP) realizan, desde el 2015, la campaña Septiembre Amarillo.
Horiens apoya esta iniciativa conjuntamente con las aseguradoras de salud colaboradoras, que ofrecen soporte para tratamiento psicológico por medio de sus redes referenciadas y otras plataformas de atención. Los integrantes o dependientes asegurados pueden, en cualquier momento, entrar en contacto con OLÁ Pessoas – (11) 3096-8080 / olapessoas@horiens.com – para aclarar dudas, o acceder a los links directos de las aseguradoras para conocer más. Haga clic en Bradesco o SulAmérica.
Reconocer cuándo usted o alguien que usted ama está en sufrimiento es el primer paso para iniciar un tratamiento adecuado. Para ayudar en esta tarea, invitamos al psicólogo y profesor Rodrigo Sampaio* para traer algunos esclarecimientos sobre este tema que ha ganado cada vez más notoriedad en función del aumento de trastornos relacionados a la salud mental en todo el mundo. Vea, a continuación, la entrevista:
- ¿Por qué el tema de la salud mental aún es muy estigmatizado en nuestra cultura?
Rodrigo Sampaio – Existe una marca muy fuerte que asocia los trastornos mentales a la locura. Si la idea de salud mental, en el sentido común, se restringe solamente a una condición de normalidad psíquica, los trastornos mentales, a su vez, colocan al sujeto en una posición determinista de supresión, de descalificación. Esa cuestión está asociada a un proceso histórico, que fue marcado por una oposición radical entre razón e irracionalidad, y fue mantenida, por mucho tiempo, por las relaciones de poder. De un lado se descalificaba la locura (irracionalidad), del otro, se atribuía una idea de veracidad de las cosas y personas a partir de una lógica de razón irreprensible. En este entendimiento, la locura se convirtió en una marca de restricción social, segregando y confinando a personas en manicomios, por ejemplo. Ese proceso violento de intento de expulsión de la locura de los espacios sociales siguió su curso e, incluso con la reforma psiquiátrica y los numerosos intentos de resignificar esas interpretaciones equivocadas sobre trastornos mentales, los estigmas deshumanizantes aún perduran.
- ¿Personas que buscan atención psicológica necesariamente poseen algún trastorno mental?
Rodrigo – Existen muchos datos estadísticos sobre el perfil, predisposiciones y motivaciones para la búsqueda de atención psicológica. Hay un creciente número de personas con diagnósticos psiquiátricos de depresión, trastornos de ansiedad específica o generalizada, trastornos de humor, disturbios alimentarios y somatizaciones. Pero podemos listar situaciones importantes que no necesitan, a priori, de un encaminamiento psiquiátrico, y que son relevantes desde el punto de vista psicológico, como dificultades de aprendizaje y comportamientos incivilizados (común en la infancia y en el período escolar), conflictos relativos a las relaciones interpersonales afectivas y emocionales, inseguridad académica y profesional. Otras quejas que no necesariamente se configuran como trastornos mentales son las dificultades en tratar con situaciones cotidianas, incertidumbres en relación al futuro, problemas asociados a la autoestima, luto y baja tolerancia a frustraciones.
- Actualmente, ¿cuáles son los síntomas que más llevan a las personas a los consultorios de psicólogos y psiquiatras?
Rodrigo – La depresión es hoy la enfermedad que más avanza en el mundo y puede afectar a cualquier persona, incluso a alguien que parece vivir en circunstancias relativamente saludables. Entre los síntomas de la depresión se puede destacar: oscilación de humor, ansiedad o sensación de “vacío” o falta de “ganas de vivir”, desmotivación para realizar actividades cotidianas, sentimientos de desesperanza persistente, pesimismo, irritabilidad, sentimiento de culpa, inutilidad o desamparo, pérdida de interés o placer por la vida, disminución de la energía física, limitación en el interés sexual, dificultad de concentración, falta de memoria o toma de decisiones, dificultad para dormir y cansancio poco común al despertar, pensamientos de muerte o suicidio, dolores articulares, dolores de cabeza, problemas digestivos sin una causa física clara y/o que no se alivian incluso con el tratamiento; y todo eso por un período prolongado de una o dos semanas.
Es importante destacar que no todos los que están deprimidos experimentan cada síntoma. En situaciones más severas, personas pueden experimentar muchos de esos síntomas. Otro elemento importante es eliminar cualquier diagnóstico clínico que esté relacionado a estos síntomas, lo que solo puede ser realizado por profesionales de salud, con diagnóstico diferencial. Nuevamente, es necesaria una evaluación personalizada para eliminar o confirmar cualquier hipótesis diagnóstica.
- ¿Qué causa la depresión?
Rodrigo – Diversos factores pueden actuar en el surgimiento del trastorno. Un ejemplo está en la conducción de ciertas sustancias químicas en el sistema nervioso, que pueden contribuir para los síntomas. Además de esto, factores genéticos, personas con baja autoestima, que son fácilmente oprimidas por el estrés, o que son generalmente pesimistas, así como factores ambientales, como la exposición continua a la violencia, negligencia, abusos, pobreza, condiciones de trabajo degradantes, pueden tornar a algunas personas más vulnerables a la depresión.
- ¿Conversar con amigos y personas de confianza puede ser efectivo e incluso dispensar el auxilio de un profesional especializado?
Rodrigo – Las relaciones sociales, familiares, afectivo-sexuales, la religión u otros dispositivos socio-emocionales no sustituyen la intervención personalizada de un profesional de salud mental. Todos esos elementos forman parte de un complejo conjunto de acciones de intervención que pueden auxiliar a personas con cuadros psicológicos de padecimiento a tener un mayor bienestar y calidad de vida. Actividad física, alimentación saludable, relaciones sociales, sueño, medicación recetada y actividades placenteras son adyuvantes del proceso psicoterápico y fundamentales para el progreso en la conducción terapéutica. No obstante, el conocimiento técnico del profesional de salud mental es esencial para el éxito en este objetivo.
- En la práctica, ¿en qué consiste el trabajo del profesional de salud mental en el tratamiento a cuestiones como ansiedad, estrés, depresión y otros trastornos?
Rodrigo – La depresión, así como la ansiedad y otros trastornos de la salud mental son multifactoriales y multi-determinados, o sea, resultan de un conjunto de interacciones de orden biológico, psicológicos y sociales que la persona experimenta a lo largo de su vida. Forman parte de esas experiencias también la exposición a factores estresantes endógenos o ambientales que pueden ser definidores para la intervención psicológica en situaciones de esa naturaleza.
Corresponde al profesional analizar el contexto de vida de cada persona para definir las estrategias de intervención más apropiadas. De todos modos, es de gran relevancia pensar que la actuación en salud mental debe tener como protagonista a la propia persona en sufrimiento, para que ella pueda ejercer su autonomía, incluso, en lo que se refiere a la conducción de su tratamiento. También corresponde al profesional promover, en sus respectivas áreas de actuación, ambientes favorables para el ejercicio de ese protagonismo, ofreciendo condiciones reales para la mejoría de las personas asistidas por él.
- ¿Cómo detectar si una persona cercana está en sufrimiento psicológico y qué puede ser hecho para ayudarla en esta situación?
Rodrigo – Dos palabras que pueden ser útiles cuando hablamos de ayuda a las personas en sufrimiento psicológico: acogimiento y encaminamiento. Acoger es una acción de acercamiento que implica reconocer al otro, su singularidad, sus vivencias, su sufrimiento, su comprensión de si mismo y del mundo, y sus modos de vivir y sentir. Prevé una actitud de respeto, de abrirse para lo que el otro tiene para decir, de sus dolores y dilemas, en un proceso de escucha empática, sin juicios o comparaciones. Para una persona que convive o detecta situaciones de sufrimiento mental en alguien cercano, es importante escuchar atentamente lo que esa persona tiene para decir, con sus palabras, a partir de lo que ella siente e interpreta sobre lo que siente. Entonces, si usted detecta algún síntoma de sufrimiento psicológico en alguien cercano, ofrezca una escucha y busque ayuda profesional.
*Rodrigo Sampaio es Psicólogo clínico, Master e Investigador en Educación por la Universidad del Estado de Bahía – UNEB. Actualmente, ejerce la función de asesor pedagógico de UniFTC Salvador. Enseña en las asignaturas de las áreas de conocimiento del Desarrollo Humano, Psicopatológica y Teorías de la Personalidad.
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