¿Por qué optamos por la energía de la caña de azúcar?

La mayor parte de la fuente brasileña de energía renovable, proviene de los cañaverales, que corresponde a 15,7% de toda la matriz energética nacional. Ese porcentual posiciona a Brasil por encima del promedio mundial en el uso de energía limpia, que es de 13,2%, pero todavía falta mucho para utilizar todo el potencial agrícola de un país con dimensiones continentales.

Conferencia internacional

El 6 de septiembre, Odebrecht Agroindustrial – que tiene capacidad de producción anual de 3.000 millones de litros de etanol y 3,1 mil GWh de energía eléctrica a partir de biomasa – presentó en Luxemburgo un trabajo que realizó el Centro de Estudios en Sostenibilidad de la Fundación Getúlio Vargas (Goces/FGV) que confirma los impactos positivos del etanol de la caña de azúcar en relación a similares como la gasolina y etanol de maíz.

La presentación de Agro durante la principal conferencia internacional de análisis de ciclo de vida (ACV), Life Cycle Management, destacó el uso de ese tipo de combustible como alternativa real para la reducción de los impactos ambientales de la actividad humana. Entre los principales diferenciales del etanol brasileño como materia prima, se destaca el efecto positivo del Cambio del Uso del Suelo, o Land Use Change (LUC). En el caso de Agro, ese aspecto se potencia por el modelo de negocio. La empresa solo cultiva caña de azúcar en áreas anteriormente antropizadas (cuyas características originales fueron alteradas por el hombre), recuperando en gran parte áreas degradadas por pastoreo, por ejemplo. Otro punto importante es el hecho de que la operación de la empresa es 100% mecanizada, sin la quema del cañaveral para la cosecha, práctica usual en empresas que realizan cosecha manual.

“En tiempos de discusión sobre Renovabio – política de Estado que traza una estrategia conjunta a efectos de reconocer el papel estratégico de todos los tipos de biocombustibles en la matriz energética brasileña –, el estudio ratifica que el etanol es una alternativa real para la reducción de los cambios climáticos”, destaca Mônica Alcântara, responsable de Sostenibilidad en el Negocio.

Mônica puntualiza que esa es una de las metas establecidas por Brasil en el Acuerdo de París, en 2015, ratificada en la NDC (Contribución Nacionalmente Determinada) brasileña. Energía accesible y limpia es, además, el séptimo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que orienta políticas nacionales y acuerdos de cooperación internacional en Sostenibilidad.

Agro ha actuado en iniciativas relacionadas al compromiso brasileño con la reducción de emisiones de GEI, como Empresas por el Clima (EPC) y la Iniciativa Empresarial en Clima (IEC). También está apoyando el posicionamiento empresarial para la fijación de precio del carbono como un instrumento para la toma de decisión en los negocios e inclusión de políticas públicas climáticas.

Los números de la última zafra de Agro muestran que el impacto de su producción energética ya interfiere en el medioambiente. Según su inventario GEI, las emisiones que se evitan por el uso del etanol que la empresa produce y comercializa sumaron 4 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Sabías que

La producción del etanol a partir de la caña de azúcar genera sustratos como bagazo y paja, que se pueden utilizar en la producción de energía térmica, mecánica y eléctrica

Sobre el estudio

El trabajo elaborado en el ámbito de la iniciativa Ciclo de Vida Aplicado (CiVia), del GVCEs, forma parte de la publicación Experiencias y reflexiones sobre la gestión del ciclo de vida de productos de las empresas brasileñas. Se publicó en junio como un importante hito para la actuación en los temas que permean la Evaluación de Ciclo de Vida (ACV) de productos y el avance de esta agenda en el sector empresarial brasileño.

Los resultados muestran que las emisiones de la etapa agrícola (producción y transporte de la caña de azúcar) representan casi el 76% de las emisiones totales de GEI de Agro. La producción industrial y la distribución de etanol representan, en conjunto, casi un 17% de las emisiones y la quema de etanol como combustible, unos 7%. En relación a la huella hídrica, el estudio señala el uso de fertirrigación, técnica de fertilización que permite la aplicación simultánea del agua y fertilizantes a través del sistema de riego, como una buena práctica del sector en la reducción de captación de agua en el medioambiente.

“Estos resultados sirven para la construcción de diagnósticos que identifican los puntos relevantes tanto de la parte de emisiones de GEI como del uso del agua. A partir de ahí, perfeccionamos indicadores internos para la mejora de nuestros controles en la producción de etanol”, agrega Mônica.

El petróleo inevitablemente terminará algún día, por tratarse de una fuente energética no renovable, que compromete a largo plazo la producción de gasolina y diesel. El etanol, a su vez, no tiene límite de existencia, ya que depende solo de tierras cultivables. Ya existen estudios que indican que la expansión del cultivo de la caña de azúcar para atender a la demanda proyectada en el escenario de reducción de emisiones de GEI puede ser, en su mayor parte, realizada en áreas de pastos degradados.