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Por más mujeres en la Agricultura Familiar
DATA: 08/03/2022
Impulsar la participación femenina en el campo es un desafío, pero avances ya ocurren
Vivienda de casi 16 de cada 100 brasileños, la zona rural convive con una serie de cuestiones que dificultan la plena igualdad de género – tema que es el enfoque de concientización y debate hoy, en el Día Internacional de la Mujer. Especialmente por causa de factores culturales, las mujeres del campo enfrentan más dificultad de acceder a fuentes de agua, titulación y regularización de tierras, crédito rural, asistencia técnica o para adquirir insumos que los hombres. Y esta restricción de acceso precariza el pleno desarrollo económico, social y ambiental no solo para ellas y sus comunidades – sino para toda la sociedad.
“Además de dar oportunidades a niñas y mujeres, es necesario promover un cambio de pensamiento”, explica Cristiane Nascimento, responsable de Sostenibilidad, Colaboraciones y Comunicación en la Fundación Norberto Odebrecht. La Fundación actúa en zonas rurales desde 1999, cuando pasó a centrar su actuación en la región Nordeste, y hoy coordina un Programa Social que fortalece la agricultura familiar en regiones de vulnerabilidades.
“Muchas mujeres, por ejemplo, trabajan de igual a igual con sus compañeros o hijos en el cultivo, pero no se auto-intitulan agricultoras familiares. Esto es fruto de una idea de que esta área no pertenece a ellas. Nuestro papel es incentivar que ellas sean también reconocidas por su protagonismo”, expresó Cristiane.
Con el esfuerzo conjunto de grupos, asociaciones, colectivos y cooperativas, principalmente bajo el liderazgo de niñas y mujeres, este escenario ya está siendo modificado. Datos muestran que la participación femenina en el campo está creciendo no solo en la ‘visión’ de las comunidades rurales, sino también en los números oficiales. Una encuesta de la Compañía de Nacional de Abastecimiento (Conab), por ejemplo, reveló que la presencia de las mujeres en el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA), política pública que incentiva la venta de productos de la agricultura familiar, llegó al 80% en el 2019. Es el mayor índice ya registrado en el país.
Y la contribución de ellas sigue siendo importante, incluso cuando no viene exclusivamente de la agricultura: las mujeres del campo son responsables de cerca del 43% de la renta de sus familias, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), porcentaje mayor que en zonas urbanas.
Empoderamiento femenino en la práctica
En el Programa Social coordinado por la Fundación, la participación femenina es una de las bases para el trabajo realizado. Además de ser incentivadas a participar activamente en el día a día productivo en sus propiedades – y a reconocerse como agricultoras -, las mujeres beneficiadas por el PDCIS también tienen espacio para liderar discusiones dentro de las organizaciones socioproductivas en sus regiones sobre cómo promover la igualdad de género.
Las instituciones que ejecutan el Programa también incentivan la igualdad dentro de sus estructuras – en el 2021, los Consejos de estas organizaciones tenían 58% de miembros del sexo femenino; y 51% de los cargos de liderazgo eran ocupados por ellas.
¿Usted sabía? Las prácticas de empoderamiento femenino del PDCIS generan cambios no solamente locales, sino también contribuyen para el alcance de Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) como el 5, Igualdad de Género, y el 10, Reducción de las Desigualdades.
Un ejemplo de beneficiaria del PDCIS que concretiza este empoderamiento es Teresa Vieira, agricultora agroecológica apoyada por la Organización de Conservación de la Tierra (OCT), una de las instituciones ejecutoras del Programa Social de la Fundación. Ella se reconoce plenamente como agricultora – no solo como una profesión, sino como parte de su identidad. “Mi familia es de origen campesino. La relación con la tierra, con el alimento, es mi base”, cuenta ella. Esta visión también es percibida en la actuación de las 57 agricultoras asociadas a COOPATAN, cooperativa colaboradora del Programa.
Ya Júlia Teles, que fue estudiante en la Casa Familiar Rural de Presidente Tancredo Neves (CFR-PTN), dice inspirarse en el ejemplo de otras mujeres de la zona rural. “Cuando una niña ve una mujer en un cargo de liderazgo, ella piensa: ‘yo puedo’. Ella se reconoce allí. Es de gran importancia tener estos ejemplos y saber que, si me gusta la tierra y plantar, puedo estar en el medio rural y vivir así. Debemos destrozar la idea de que la agricultura es solo para hombre”, expresó. En las escuelas rurales ejecutoras del PDCIS, el 48% de los estudiantes eran del sexo femenino en el 2021.
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