Braskem apoya a empresas y centros de investigación en Impresión 3D para la producción de máscaras del tipo face-shield para profesionales de la salud de la red pública

La impresión 3D, uno de los pilares de la industria 4.0, ha sido fundamental para salvar vidas durante la pandemia del nuevo coronavirus. En Brasil, la rapidez y, especialmente, el bajo costo de los procesos productivos, ya están ayudando en la producción de ítems como máscaras de protección y prototipos de ventiladores pulmonares. Como referencia en este segmento en el país, Braskem donó 120 bobinas de filamentos plásticos para este fin y está apoyando el trabajo de doce centros de investigación en impresión 3D, en los estados de Bahía, Río de Janeiro, Río Grande do Sul y São Paulo.

El filamento de polipropileno (PP), producido por la propia Braskem para el uso en impresoras 3D, está siendo utilizado para la fabricación de barras para cerca de cinco mil máscaras del tipo face-shield, que serán distribuidas gratuitamente a los profesionales de la salud que actúan en hospitales de la red pública en las respectivas regiones de los centros de investigación. En Bahía, el producto fue donado para la Secretaría de Ciencia y Tecnología del Estado de Bahía, que lo redistribuyó para siete centros tecnológicos del SENAI en el interior del estado; en Río de Janeiro, la iniciativa benefició al centro de investigación en impresión 3D de la Pontificia Universidad Católica (PUC-RJ); en Río Grande do Sul, el Parque Científico y Tecnológico (Tecnopuc) de PUC-RS y la Universidad Federal de Río Grande do Sul (UFRGS), coordinados por el grupo Brothers in Arms; en São Paulo, el material fue donado para 3D Criar e Inkubetech, que apoyan al Proyecto Hígia.

Además de la donación de materia prima, los equipos especializados en impresión 3D de Braskem también están apoyando remotamente a los centros de investigación en la operación de esta nueva materia prima utilizada para la impresión 3D de las piezas. “A pesar de que la impresión 3D no sea una novedad en Brasil, algunas tecnologías aún están en desarrollo y el filamento de polipropileno aún es poco conocido por la industria. En este sentido, Braskem también colabora para el desarrollo de nuevas tecnologías y soporte técnico para que este segmento avance en Brasil”, explica Fabio Lamon, líder de Innovación y Tecnología para Manufactura Aditiva en Braskem.

Los filamentos de polipropileno para la impresión 3D donados son producidos por Braskem y empresas asociadas en Río Grande do Sul. Según la compañía, la donación, además de contribuir para el combate al nuevo coronavirus, es una oportunidad para ayudar a desarrollar la industria de manufactura aditiva en Brasil y también reforzar la importancia de la cadena del plástico en áreas como la salud.

“En este momento estamos abasteciendo a centenas de empresas brasileñas con insumos para la fabricación de productos hospitalarios como máscaras quirúrgicas, jeringuillas, bolsas de suero y equipos de protección para médicos y enfermeros. La manufactura aditiva llega para sumar tecnología en la fabricación de ítems esenciales para enfrentar esta pandemia juntos y de forma colaborativa”, finaliza Lamon.

Integrantes de Braskem también están produciendo componentes de máscaras face shield

En Braskem, los ejemplos de solidariedad en la lucha contra el covid-19 van más allá de las colaboraciones que la compañía ha hecho. Los operadores Gabrielly Farias y Leonardo Oliveira, de la unidad industrial PVC 2 AL, en Maceió (AL), ya imprimieron barras para la fabricación de casi 200 máscaras protectoras para profesionales de la red pública de la salud en la región. Ellos forman parte del proyecto 3D Saves, una red de voluntarios comprometida en la producción de equipos para el uso en hospitales de la red estatal y en los municipios alagoanos.

Leonardo Oliveira afirma que está feliz por tener la posibilidad de contribuir con la sociedad y con quien lo necesita. “Descubrí esta campaña en una red social, de repente me vi entusiasmado por participar, por saber que podría hacer la diferencia. Utilizamos un instrumento al cual pocos tienen acceso, principalmente aquí en nuestro estado, entonces poder ayudar no tiene precio”.

Gabrielly Oliveira recuerda que la impresora 3D fue adquirida con la intención de uso personal: “Nunca imaginamos estar haciendo esto hoy, pero dejar de lado los deseos personales para realizar un trabajo comunitario es más gratificante que cualquier otra cosa”.