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Fundación Odebrecht celebra 30 años de la elección de su misión
DATA: 11/12/2018
Creada en 1965, en 1988, la Fundación Odebrecht eligió como misión “Educar para la Vida, por el Trabajo, para Valores y superación de Límites”, con enfoque en la formación de las futuras generaciones y en el estímulo al protagonismo juvenil. Al celebrar 30 años de esa elección, el 2018, la institución refuerza su objetivo de transformar vidas a partir de la educación e inclusión socioproductiva de jóvenes.
La elección de ese público como beneficiario se basó en el contexto de Brasil en esa época. En la década de 1980, la población entre 15 y 29 años era creciente. De acuerdo con el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), los años siguientes, ese rango de edad representaría la mayor parte de la nación. Por ello, era necesario pensar en políticas públicas para los jóvenes, preparándolos para ejercer papel de protagonistas en el desarrollo del país.
“Ellos [los jóvenes] quieren incluirse con dignidad en los mundos del trabajo y de la ciudadanía y quieren formar familias productivas y felices. Es un sueño que pocos han tenido condiciones de alcanzar, pues nuestro país no ha tomado en cuenta las enormes carencias del medio rural, especialmente respecto a la educación y a la salud”, afirmó Norberto Odebrecht, idealizador de la Fundación, en la edición de enero/febrero del 2006 de la Revista Odebrecht Informa.
Un nuevo context
Los programas y proyectos apoyados por la Fundación reflejaron esa nueva dirección. El Premio Fundación Emílio Odebrecht – nombre de la institución en la época – fue el primero en vivir ese momento. En 1988, fue lanzado con el propósito de trabajar temas vinculados a la juventud, como sexualidad, embarazo y prevención de enfermedades.
Según el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), el índice de personas de 15 a 17 años matriculadas en la escuela en la década de 1990 era el 59,7%. En Brasil, la falta de calidad en la educación era apuntada como uno de los principales problemas sociales. Para discutir sobre la mejora de este escenario, la Fundación lanzó, en 1994, la campaña Solamente la Escuela Corrige a Brasil. En conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el propósito era movilizar al país alrededor de la garantía de la enseñanza fundamental pública de calidad, la permanencia y el éxito de los niños y adolescentes en la escuela.
La educación seguía en el centro de las preocupaciones de la Fundación. Por eso, entre 1997 y 2000, una de las iniciativas fomentadas fue el Pacto del Sitio de Descubrimiento por la Educación, un movimiento de cinco municipios de Bahia. Articulados por la Fundación Odebrecht, los alcaldes de Belmonte, Eunápolis, Porto Seguro, Prado y Santa Cruz Cabrália, representantes de la sociedad civil, empresarios, el Instituto Ayrton Senna y el Ministerio de Educación formalizaron el compromiso de aumentar el número de niños de la región del descubrimiento de Brasil en la escuela hasta el año 2000, cuando el país celebraría 500 años.
Con vistas hacia el futuro
Entre 1999 y 2004, tres microrregiones de Bahia, Ceará y Pernambuco empezaron a experimentar un cambio social a partir de la Alianza con el Adolescente por el Desarrollo Sostenible en el Nordeste Brasileño, acción instituida por la Fundación Odebrecht con el Instituto Ayrton Senna, la Fundación Kellogg y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES). El programa beneficiaba a jóvenes de 14 a 19 años y su objetivo era ampliar el capital humano, productivo y social de esas comunidades, ofreciendo oportunidades para que los jóvenes pudieran permanecer en sus locales de origen con calidad de vida.
De esa manera, el 2003, manteniendo la visión de actuar sobre la causa de los problemas sociales y económicos, la Fundación creó el Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad (PDCIS), cuyo objetivo es transformar social, económica y ambientalmente las condiciones de vida de las personas del Bajo Sur de Bahia. Esa es la región en la cual la institución mantuvo el enfoque de su actuación, apoyando el surgimiento de una nueva generación de jóvenes protagonistas, multiplicadores de conocimiento a sus familias y comunidades.
“Teníamos la causa: la educación para la vida; teníamos la misión: educar al adolescente con la finalidad de la causa; pero, todavía nos faltaba el enfoque. Creo que contribuimos de forma decisiva para que el tema de la adolescencia se incluyera, en carácter permanente, en la agenda de la opinión pública y de los gobiernos. Decidimos que nuestro enfoque se concentraría en el Nordeste y debería privilegiar la formación de la masa crítica de adolescentes protagonistas, capaces de cambiar las condiciones de las comunidades en que vivían”, afirmó Norberto Odebrecht.
En el Bajo Sur, la Fundación se concentra para desempeñar acciones que, aliadas a su misión, ayudan a transformar vidas. Arilma Hungria, alumna del 3º año de la Casa Familiar Rural de Presidente Tancredo Neves (CFR-PTN), una de las instituciones apoyadas por el PDCIS, es un ejemplo del trabajo en favor de la formación para el desarrollo sostenible. “La educación es un pilar fundamental para nuestro crecimiento. Cuando el proceso de formación es bien conducido, permite que el joven se convierta en protagonista de la propia historia. Yo estudio en una escuela que ofrece recursos y conocimientos que colaboran para la promoción de una educación integrada y diferenciada. Hoy, gracias a los conocimientos adquiridos, logro ver un futuro mejor, en el área rural, para mí y para mi familia”, afirmó la joven.
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