Odebrecht habla en EE.UU. de vida empresarial pos delación

La responsable de Conformidad en Odebrecht S.A., Olga Pontes, nos representó durante la Conferencia Internacional de Foreign Corrupt Practices Act, realizada en Washington, en Estados Unidos. El diario Folha de S. Paulo publicó un artículo sobre el tema, que compartimos ahora contigo

“¿Qué hacer si tu compañía está directa o indirectamente implicada en la Operación Lava Jato?”. La pregunta, en inglés, era uno de los tópicos del panel en que participó Odebrecht este 29 de noviembre en Washington. La constructora firmó un acuerdo de delación con el Departamento de Justicia estadounidense (DoJ) y admitió el pago de US$ 1.000 millones de coimas en 12 países, en lo que fue considerado el mayor caso de corrupción de la historia.

La empresa fue llamada a compartir lecciones sobre transparencia y prácticas anticorrupción.

“No es para dar clases. Compliance (término que designa las normas de conformidad) es día tras día. En esa búsqueda existen prácticas aprendidas, sí”, dijo la ejecutiva Olga Pontes a Folha de S. Paulo.

Pontes, responsable del área de conformidad de la empresa, fue quien representó a Odebrecht en la Conferencia Internacional de Foreign Corrupt Practices Act, la ley estadounidense pionera en la lucha contra la corrupción.

Hace un año y medio que asumió el sector, después de las revelaciones de la Lava Jato.

Creó un departamento para fiscalizar las conductas empresariales del grupo, que responde al Consejo de Administración, la más alta instancia del holding.

El equipo inicial de 20 personas se multiplicó, y hoy en día cuenta con 73 empleados. El ritmo de trabajo es intenso: para viajar a Washington, la ejecutiva abrió una excepción a la licencia maternal, y se alojó en un hotel vecino al que realizaba la conferencia, US$ 150 más barato.

Pontes afirma tener independencia para investigar a quien quiera. El trabajo está fiscalizado por inspectores indicados por autoridades brasileñas y estadounidenses, con quien realizaron acuerdo.

“Estamos viviendo en vuelo crucero. La única traba es la desconfianza del público”, puntualizó la ejecutiva.

Curiosidad

“Lava Jato” era una expresión común en los corredores del evento, en portugués, e incluso con acento inglés. El panel en que Odebrecht participó, una mesa redonda sobre América Latina, contaba con la participación de otros dos brasileños. Entre el público, había algunas decenas de brasileños.

“Hace seis años, cuando participé de la conferencia por primera vez, era la única brasileña”, señala Pontes, que antes trabajó en multinacionales de auditoría y en Braskem, vinculada al grupo Odebrecht.

La capital estadounidense, que fue sede del evento, es también sede del DoJ. Más temprano, el líder del sector anticorrupción del departamento estadounidense, Daniel Kahn, comentaba sobre el “fenomenal trabajo de la Lava Jato” en Brasil. Elogió a empresas que buscan prácticas de compliance, sin citar nombres.

Mayor compañía involucrada en la investigación, Odebrecht era el centro preferencial de las preguntas en el panel de este miércoles (29).

Algunos querían saber cómo la empresa renovó su relacionamiento con el poder público. Otros, cómo el consejo se subordinó a las decisiones de conformidad.

“Estoy agradecida, pese a todo este proceso desgastante y doloroso, de que Odebrecht sea una vitrina para que otras empresas quieran evitar los errores que cometió”, comentó la ejecutiva.

Según ella, la tolerancia contra delitos hoy en la empresa es “cero”.

Se perfeccionó el sistema de denuncias anónimas, que es administrado por una empresa Independiente y ya resultó en despidos. “Las personas llaman hasta para contar que desapareció una moneda de la mesa de trabajo”, comenta la ejecutiva.

Pontes quiere hacer que Odebrecht en el futuro sea reconocida como una compañía de actuación ética, íntegra y transparente, una vez más, una meta recibida con desconfianza.

La constructora está vendiendo parte de los activos para pagar las multas con la Justicia, que llegan a R$ 8.500 millones. El número de empleados cayó de 200 mil a 80 mil.

La empresa ya tiene otras dos invitaciones para conferencias internacionales. Pero sigue bajo vigilancia: el monitoreo impuesto por las autoridades en el acuerdo de delación termina recién en dos años.