Bioplástico de Braskem es reconocido en evento de la ONU como uno de los casos más transformadores en desarrollo sostenible en Brasil

La producción de polietileno I’m greenT bio-based de Braskem, plástico de origen renovable, hecho a partir de la caña de azúcar, fue reconocida por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas (ONU) y por la Red Brasil del Pacto Global, este martes, 26/5, como uno de los casos más transformadores en desarrollo sostenible en Brasil, en la categoría Industria & Energía. El reconocimiento fue oficializado durante la participación de Braskem en el webinar sobre “Big Push para la Sostenibilidad”, abierto al público y organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en colaboración con la Red Brasil del Pacto Global, ambas entidades vinculadas a la ONU.

La producción de plástico de origen renovable de Braskem completa una década en este año y es resultado de años de dedicación de la empresa a la investigación y al desarrollo de productos sostenibles. Producido a escala industrial a partir de la inauguración de la unidad fabril de etileno verde en la ciudad de Triunfo (RS), en el 2010, la iniciativa le dio a la compañía el liderazgo mundial en el mercado de biopolímeros, con una capacidad para fabricar anualmente 200 mil toneladas del material.

El avance de las investigaciones y el desarrollo de productos sostenibles, como el polietileno verde, EVA verde y etileno glicol verde, integran prácticas de sostenibilidad, un concepto que forma parte del ADN de Braskem desde su fundación, en el 2002. En el caso del polietileno I’m greenT bio-based, uno de los principales diferenciales es su contribución para la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero, al capturar más de 3 toneladas de CO₂ por cada tonelada producida. El material mantiene, además, las mismas propiedades, desempeño y versatilidad del plástico convencional, de origen fósil, pudiendo ser insertado en las mismas cadenas de producción y reciclado existentes.

Gracias a las colaboraciones que Braskem ha firmado a lo largo de los últimos 10 años con clientes de la cadena del plástico y brand owners para estimular el uso de un plástico aún más sostenible y que minimiza los impactos ambientales, hoy el polietileno I’m greenT bio-based ya está presente en más de 150 marcas en el mundo, incluyendo envases y productos para los más diversos segmentos, como alimentos y bebidas, de higiene personal y de bienes durables.

“Es fundamental que todos, los sectores público y privado y la sociedad en general, revisen sus formas de actuar, producir y consumir. El mundo tiene cuestiones urgentes que ponen en riesgo la existencia humana, como el calentamiento global y el uso desenfrenado de recursos naturales. A partir de nuestro propósito de mejorar la vida de las personas, buscamos constantemente innovar y concientizar a toda nuestra cadena de valor en estas cuestiones. Creemos en el potencial de la economía circular para el avance de la sostenibilidad y el plástico de origen renovable es una de nuestras entregas en este sentido. La iniciativa de la ONU es un importante reconocimiento de la jornada que estamos construyendo, que refuerza que estamos en el camino correcto y amplía el mensaje de que el plástico puede contribuir mucho para el desarrollo sostenible del planeta”, afirma Mateus Schreiner Garcez Lopes, responsable de Innovación en Tecnologías Renovables, que presentó el estudio de caso “Polímeros Verdes: tecnología para la promoción del desarrollo sostenible” durante el evento de CEPAL este martes.

Las inversiones dirigidas por Braskem para el área de reciclado también fueron destaque en el evento. Recientemente la empresa amplió su portafolio I’m greenT, que pasó a reunir toda la línea de productos de economía circular de la compañía, como las resinas renovables y las soluciones producidas a partir de plástico reciclado y las aplicaciones que utilizan ambas soluciones (reciclado y renovable). En el campo del reciclado químico, uno de los mayores desafíos de la industria del plástico, Braskem también continúa realizando estudios con el apoyo de universidades y centros de investigación para desarrollar tecnologías que amplíen las alternativas actuales del reciclado mecánico, transformando residuos plásticos, como bolsa de mercado y películas de envases, en materia prima nuevamente.

“Verde, inclusiva e íntegra. Este es el modelo de reanudación que Brasil necesita para que el nuevo normal traiga un país sostenible. Nuestra naturaleza nos trae una ventaja comparativa inigualable, biodiversidad, matriz energética, entre otros. El Big Push para la Sostenibilidad muestra el potencial creativo de empresas y organizaciones brasileñas que nos ponen en el liderazgo de esta agenda”, refuerza Carlo Pereira, director ejecutivo del Pacto Global en Brasil.

Los estudios de caso presentados por Braskem y por empresas de otros sectores en el webinar de CEPAL y Red Brasil del Pacto Global forman parte de un repositorio online con más de 60 iniciativas para el desarrollo sostenible en Brasil. Se trata de un conjunto de iniciativas que apalancan inversiones nacionales y extranjeras para generar un gran impulso (“Big Push”) de crecimiento económico, generación de empleo y renta, reducción de desigualdades y lagunas estructurales y promoción de la sostenibilidad ambiental.

Según Carlos Mussi, Director de la Oficina de CEPAL en Brasil, los casos reunidos en el Repositorio de casos sobre el Big Push para la Sostenibilidad en Brasil son ejemplos claros de inversiones que son capaces de entregar resultados sociales, económicos y ambientales, en línea con una estrategia de recuperación sostenible para el país.